La DMAE o degeneración macular es la causa más frecuente de disminución de la visión de forma severa en el mundo occidental, afectando sobre todo a personas mayores de 50 años. La enfermedad causa lesiones en la porción central de la retina llamada mácula. Ésta es la responsable de la visión central, precisa para leer, conducir o ver la televisión. La degeneración macular puede ser:

  • Seca o atrófica: Constituyendo el 85% de todos los casos de DMAE conocidos, presentando una evolución lenta a lo largo del tiempo (años).
  • Húmeda o exudativa: Se caracteriza por que presenta la formación de nuevos vasos sanguíneos que crecen debajo de la mácula, constituyendo la llamada membrana neovascular. Su evolución es rápida, variando de días a semanas en función del paciente, y compromete severamente la visión central.

Síntomas que se pueden identificar:

La DMAE o degeneración macular no produce ningún dolor, pero se aprecian una serie de síntomas visuales que el paciente debe reconocer:

  • Las líneas rectas pueden parecer onduladas o entrecortadas.
  • La estimación de las distancias y las alturas puede estar alterada.
  • Sensibilidad aumentada a la luz.
  • Necesidad de una mayor cantidad de luz para leer.
  • Visión borrosa en la parte central de la visión, es decir, puede verse una mancha negra, en una fase avanzada de la enfermedad, pudiendo hacerse más oscura y de mayor tamaño cuanto mayor tiempo de evolución tenga.

Diagnóstico de la degeneración macular:

El diagnóstico de la DMAE o degeneración macular se realiza mediante un examen de la agudeza visual, una exploración oftalmológica, prestando especial atención al estado de la mácula, una angiografía fluoresceínica, que consiste en la inyección endovenosa de un contraste para el posterior estudio de su comportamiento a nivel coroideo y retiniano (fondo de ojo) y una tomografía de coherencia óptica, que consiste en un escáner de la mácula, que tiene como fin evidenciar la presencia o no de una membrana neovascular.

El pronóstico visual de la degeneración macular o DMAE exudativa sin tratamiento puede tener malas consecuencias. De ahí que un diagnóstico precoz sea clave para poder iniciar el tratamiento lo antes posible. En pacientes que ya han sufrido una DMAE exudativa en un ojo pueden tener un 50% de posibilidades de tener una membrana neovascular en el otro ojo, en función de las lesiones que existan en el ojo contralateral. Por eso es importante controlar periódicamente y de cerca a este tipo de pacientes.

Tratamiento de la DMAE:

Los grandes avances en el campo de la DMAE se dan en la forma húmeda o exudativa, ya que hasta hace unos años sólo disponíamos de tratamientos láser y en la actualidad han aparecido las inyecciones intravítreas con factores antiangiogénicos. Su acción bloquea la progresión de las membranas neovasculares.

La media de inyecciones intravítreas de tratamiento al año es entre 5 y 6. Se trata de un tratamiento ambulatorio que no precisa ingreso. Actualmente, el 70% de los pacientes tratados en la Clínica oftalmológica de los Dres. Irigoyen consiguen no perder visión al año y el 40% consiguen acabar con visiones por encima del 0,5, lo que implica la posibilidad de poder conducir.

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